Si en la capital andaluza buscas un edén, un lugar en el que maravillarte con siglos de historia, no hay mejor plan que visitar los jardines del Alcázar de Sevilla.
Todo el conjunto es una maravilla arquitectónica, artística y cultural que ha llegado hasta nuestros días.
Los jardines se concibieron para humanizar la naturaleza, adaptándola al disfrute de los nobles que han regido el compuesto áulico.
No obstante, ahora eres tú quien puede trasladarse a una bonita noche de verano, escuchando el agua correr mientras disfrutas el olor del jazmín.
¿Te apetece descubrir los jardines del Alcázar y todo su legado?
Un recinto con historias de diversas civilizaciones y épocas
La ciudad de Sevilla es un enclave que ha acogido a varios pueblos a lo largo de los siglos.
Los jardines del Alcázar y los mismos palacios son un increíble legado que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la ciudad.
En ellos se aprecian las huellas de árabes, y castellanos.
¿Pero cuál es el origen de este fascinante conjunto monumental?
Nos remontamos al siglo IX, a la época del emir Abderramán II.
Entonces, el Alcázar era solo una construcción de uso militar que, en tiempos del califato, pasaría a ser la residencia del gobernador.
Con esta evolución progresiva, también fueron desarrollándose los primeros jardines y patios islámicos.
En el siglo XI, fruto de una fuerte proliferación cultural, el conjunto áulico creció.
Posteriormente, llegaron las modificaciones almohades.
¿Sabías que fue en esa época cuando se conectó el Alcázar con la Torre del Oro a través de un sistema de vigilancia?
Después de la reconquista de la ciudad, en 1248, se iría asentando el estilo mudéjar de la mano de los reyes cristianos, grandes admiradores de este arte.
Y, a través de las épocas posteriores, el conjunto iría tomando aires renacentistas, manieristas y contemporáneos.
Sin olvidar las transformaciones a las que se han sometido los jardines del Alcázar de Sevilla.
Hoy disfrutamos de este patrimonio en seis hectáreas verdes con cerca de 170 especies de plantas.
Lo que no puedes perderte de los jardines del Alcázar de Sevilla
En los jardines del Alcázar de Sevilla, el paraíso en la Tierra construido para monarcas musulmanes y cristianos, se mezclan distintos estilos.
Podemos acompañarte a disfrutar de esta característica mientras conoces sus palacios y patios.
Por el momento, te contamos lo que es imprescindible que descubras.
Se pueden dividir en tres partes bien diferenciadas que narran el carácter que los diferentes gobernadores quisieron para cada sección.
Jardines hispanomusulmanes
Los jardines del Alcázar de Sevilla son los vergeles islámicos con mayor grado de conservación de España, en especial los hispanomusulmanes.
Estos se encuentran entre las estancias palaciegas y adheridos a sus muros, rodeándolas.
Son un cinturón verde precioso para empezar a contemplar la naturaleza que en este lugar se halla.
- Jardín del patio de Crucero: tres siglos atrás, este patio era distinto.
El terremoto de Lisboa de 1755, que se notó en la capital hispalense, derrumbó el jardín a dos alturas separadas por cuatro metros.
El inferior tenía una alberca central y árboles frutales, y el superior contaba con dos andenes que llevaban hacia abajo.
Hoy, es el acceso al Palacio Gótico y un patio con una sola altura.
Los preciosos Baños de María Padilla quedan debajo.
- Jardín del Yeso: la representación más típica del patio almohade, pequeño y recogido.
En él encontrarás la usual alberca y dos galerías.
El estanque está rodeado por bonitos setos que aportan verdor al conjunto.
Y en la fachada encontrarás decoración geométrica y arcos de herradura.
- Jardín de la Danza: junto al Palacio Gótico, uno de los que compone el conjunto de palacios del Alcázar, se encuentra este jardín.
En dos niveles y dividido en parterres, conecta con el Estanque de Mercurio y los Baños de María Padilla.
Antaño existían dos columnas en las que se veía un sátiro y una ninfa danzando, lo que da nombre a este jardín.
Los jardines renacentistas
La característica más remarcable de los jardines del Alcázar de Sevilla es la particular mezcla de estilos que en ellos se observa.
Representan muy bien las formas de ver el paisaje que tenían los diferentes gobernadores, reflejo de cada época.
Y esto se torna particularmente notable cuando se abandonan los jardines hispanomusulmanes en busca de los renacentistas.
- Estanque de Mercurio: una de las partes más queridas de los jardines del Alcázar de Sevilla.
Aquí se aprecia perfectamente como el agua era un elemento central en las creaciones islámicas de este tipo.
Desde el Palacio Gótico cae un bonito chorro de agua que llena la alberca en la que la estatua, del siglo XVI, del dios griego Mercurio es el centro.
Desde este emblemático lugar también se admira la Galería de los Grutescos.
De la mano del arquitecto Vermondo Resta, introductor del manierismo en Sevilla, esta estructura ornamental simula las rocas del mar.
- Jardín de las Damas: nace para honrar el matrimonio del emperador Carlos I de España y V de Alemania y María de Portugal.
Su diseño de ocho cuadrantes y calles paralelas es una novedad para la tradición árabe.
Además, predomina en él el estilo manierista, que quiere sorprender por elementos que inspiran divertimento.
Se cuenta que se decoró con figuras de ninfas de topiaria.
Aquí también se encuentra uno de los tres órganos de agua que existen en el mundo.
¡Nuestros antepasados supieron transformar la conexión del aire y el agua en música!
Jardines contemporáneos
En el bello barrio de Santa Cruz, distrito que podemos conocer juntos, los jardines del Alcázar de Sevilla impregnan el aire con aroma de jazmín.
Los contemporáneos son jardines más recientes que, en general, se construyeron en el siglo pasado.
- Jardín Inglés: en 1913, el rey Alfonso XIII decidió emplear el antiguo terreno de la Huerta de la Alcoba para construir este jardín.
Sin embargo, fue la reina Victoria Eugenia de Battenberg quien impulsó el diseño.
Buscaba un paisaje que le recordase a su tierra natal, Escocia.
Así, surgió el trazado típico del paisajismo inglés del siglo XIX.
La gran particularidad de esta zona es que se hallan en ella árboles poco usuales en la jardinería sevillana, como el ginkgo.
- Jardín del Marqués de la Vega Inclán: detrás de la Galería de los Grutescos se encuentra este jardín.
Su nombre recuerda al conservador de los jardines del Alcázar de Sevilla en 1913.
Se accede desde la Puerta de Marchena, una construcción de estilo gótico isabelino que el rey Alfonso XIII adquirió en una subasta pública.
En este bello jardín encontrarás un bonito estanque, un merendero circular y mucha vegetación.
También algunos bancos con azulejos en los que pararse a descansar.
¿Qué hay cerca de los jardines del Alcázar de Sevilla?
Seguro que, una vez te adentres en ellos, no querrás abandonar estos jardines de película.
Y no lo decimos solo por su belleza: escenas de la famosa serie Juego de Tronos se grabaron en el recinto.
Pero si quieres seguir con tu visita y descubrir lugares igual de asombrosos cerca de los jardines del Alcázar de Sevilla, no te pierdas el cercano Archivo de Indias.
Sigue tu recorrido monumental contemplando la Catedral y la Giralda, o ve hacia la plaza de España y el parque de María Luisa si quieres empaparte de más zonas verdes.
Acuérdate de pasear por el precioso barrio judío de Santa Cruz, zona en la que se encuentra el conjunto palaciego.
Los estilos que han ido llegando a los palacios y vergeles se han fusionado con lo que ya existía entre sus muros. El resultado es la creación de los bellos jardines del Alcázar de Sevilla, algo único para el disfrute de los sentidos.
Imágenes | Guías y Tours, W. Commons
